OPALO OLIVA
“Soy el Ópalo Oliva, el cristal de la sanación y la protección. Mi esencia te ayuda a sanar emocionalmente, ayudándote a liberar traumas pasados. Mi vibración es alta y te protege de las energías negativas. Armonizo el chakra del corazón y el chakra raíz. Es conocida mi capacidad para recuperar la estabilidad emocional y restaurar vínculos.” |
MEDITACIÓN GUIADA: CONEXIÓN CON LA ESENCIA DEL OPALO OLIVA
Cierra los ojos… Inhala profundamente… y al exhalar, suelta las cargas y todo lo que te pesa. Vuelve a inhalar… y al exhalar, permite que tu cuerpo se relaje todavía más. Siente cómo la tierra te sostiene. Imagina raíces suaves y cálidas que bajan desde tu espalda hasta el corazón del planeta. Conéctate con su amor constante, su calma infinita… Siente su sosten y su presencia amorosa.
Ahora, lleva tu atención a tu corazón. Abrete a recibir la esencia de un ópalo oliva. Siente su luz iridiscente y profunda que brilla suavemente en tonos dorados, verdes y ámbar. Recibe su energía…
Siente cómo este cristal comienza a envolverte con una energía cálida y transformadora. El ópalo oliva te invita a explorar tu interior. A descubrir la verdad que hay más allá de las máscaras.
Respira lentamente. Este cristal solo quiere recordarte que dentro de ti todo puede cambiar. Que las emociones no te definen, pero sí te muestran quién eres. Que puedes sostener tu sombra y tu luz… sin juzgarte, sin prisa. Permítete sentir. Permítete abrir un espacio interno para lo que aún no has nombrado.
El ópalo te abraza suavemente mientras te susurra:
“Todo lo que eres tiene un lugar aquí. Tu verdad merece ser escuchada. Tu alquimia es sagrada.” Pasa unos minutos sintiendo esta conexión. Escucha si hay algún mensaje que llega desde el cristal a tu corazón. Tal vez una imagen, una palabra o una sensación. Respira profundo.
Y cuando lo sientas, agradece al ópalo oliva por su guía. Siente cómo su energía se integra en tu campo. No se va, solo se integra y se convierte en parte de ti. Puedes volver lentamente a tu cuerpo… Moviendo suavemente tus manos, tus pies… Y cuando lo sientas, abre los ojos.