CORNALINA

“Soy la Cornalina, la guardiana de la vitalidad y la motivación.  Mi energía estimula la creatividad, el metabolismo y las ganas de vivir.  Mi vibración disuelve el miedo a la muerte, las memorias de abuso y las emociones negativas. Armonizo el chakra sacro. Es conocida mi capacidad para la concentración, la fuerza, y la fertilidad.”  

MEDITACIÓN GUIADA: CONEXIÓN CON LA ESENCIA DE LA CORNALINA

Respira profundo… Siente cómo, con cada inhalación, el mundo exterior se disuelve un poco más… y entras en un espacio íntimo, seguro, donde solo existes tú… y la energía que te sostiene.

Imagina ahora que frente a ti aparece una luz tibia… una luz que vibra en tonos naranjas y rojos suaves, como un atardecer que acaricia la tierra.

Desde esa luz, lentamente, surge la imagen de una piedra: una Cornalina. Suave al tacto…
Cálida como el corazón de la Tierra. Vibrante como la pasión de la vida misma.

Acércate a ella. Observa cómo su superficie parece contener danzas de fuego antiguo,
de memorias que laten bajo tu piel. Esta piedra te reconoce. Te ha estado esperando.

Extiende tus manos hacia la Cornalina… y siente cómo su energía comienza a envolverte,
desde tus palmas… hacia tus brazos… hasta llegar a tu pecho.

Permite que esta vibración naranja y dorada despierte tu fuego interior… ese fuego que a veces duerme bajo capas de dudas o miedos… pero que siempre está allí, esperando ser honrado.

La Cornalina te susurra:
“Recuerda tu fuerza creativa…”
“Recuerda tu derecho a disfrutar la vida…”
“Recuerda que tu valor no necesita permiso para brillar.”

Siente cómo cada célula de tu cuerpo absorbe esta sabiduría. Cómo tu plexo solar —ese sol interno— se enciende con renovada vitalidad. Cómo tu segundo chakra, tu centro creativo, sonríe agradecido.

Lleva ahora las manos sobre tu abdomen inferior, sobre tu centro creativo, y respira profundamente tres veces, sellando esta conexión.

Cuando te sientas lista… agradece a la Cornalina… sabiendo que su fuego y su sabiduría ahora viven dentro de ti.

Y suavemente… comienza a mover los dedos de tus manos, de tus pies… trayendo contigo esta energía de vida, de pasión y de fuerza serena.

Abre tus ojos, y siente cómo caminas ahora más anclada a la Tierra, y más encendida en tu propia verdad.