LABRADORITA
“Soy la Labradorita, guardiana protectora y portadora de luz. Mi esencia despierta tu intuición y te protege de las energías negativas. Mi vibración eleva la conciencia, ayudándote a descubrir tu verdadero potencial. Armonizo el chakra del tercer ojo y el chakra corona. Es conocida mi capacidad para fortalecer el aura, aliviar el estrés y regular el metabolismo.” |
MEDITACIÓN GUIADA: CONEXIÓN CON LA ESENCIA DE LA LABRADORITA
Busca un lugar donde puedas relajarte. Puedes sentarte o recostarte, lo que te resulte más cómodo. Cierra los ojos suavemente, respira profundamente. Inhala y exhala lentamente…, dejando que el aire te ayude a estar más presente en este momento. Siente tu cuerpo, tu pecho, el latido de tu corazón.
Con cada respiración, imagina que estás en un bosque silencioso, lleno de estrellas. En medio de este bosque interior, aparece un lago… sus aguas reflejan destellos de luz. Te acercas y allí, en el centro del lago, ves una piedra… una labradorita brillante, que te espera. La miras y algo en ti empieza a recordar.
La labradorita te invita a sumergirte en sus aguas, sin miedo, en ese lago sagrado que en realidad es esa sabiduría antigua que llevas dentro, tu alma estelar. Sumérgete ahora y siente cómo el agua acaricia tu piel, limpia tus dudas y despierta esa luz que tienes dormida.
La labradorita aparece ante ti, como una guía luminosa. ¿Qué te transmite? Permanece unos minutos en silencio, en el espacio de tu tercer ojo y de tu corona, dejando que la sabiduría llegue en forma de sensación, imagen o vibración, sin necesidad de palabras.
La labradorita te ofrece un espejo donde puedes ver tu verdadera luz, tus dones ocultos, tu poder intuitivo y todo lo que está listo para despertar dentro de ti. Mírate con cariño y sin juicios, con los ojos del alma.
La labradorita te dice: “Tu intuición es tu faro. En tu interior guardas memorias antiguas. Y todo lo que necesitas ya vive en ti.” Siente cómo estas palabras se graban en tu corazón, como símbolos de luz. Recibe su energía, respira profundo. Es momento de regresar a tu realidad; siente cómo sales del lago, llevando contigo toda esa sabiduría invisible, la guía, el reflejo de tu alma. Vuelve a tu respiración, a tu cuerpo, al lugar donde estás. Y cuando lo sientas, abre los ojos…
La labradorita ha dejado una puerta en ti que siempre podrás volver a cruzar cuando necesites recordar quién eres, más allá del velo.