ZAFIRO
“Soy el Zafiro, el cristal de la sabiduría y la verdad. Mi esencia calma la mente, la hiperactividad corporal y regula las glándulas. Mi vibración alinea los planos físico, mental y espiritual, restaura el equilibrio del cuerpo. Armonizo el chakra del tercer ojo y el chakra de la garganta. Es conocida mi capacidad para la aliviar la depresión, los pensamientos negativos y mejorar la comunicación.” |
MEDITACIÓN GUIADA: CONEXIÓN CON LA ESENCIA DEL ZAFIRO
Busca un lugar tranquilo y cómodo para relajarte. Cierra los ojos y comienza a respirar profundamente. Inhala y exhala suavemente por la boca. Repite esto unas veces más, sintiendo cómo tu cuerpo se va relajando, como si una brisa suave te acariciara.
Lleva tu atención al centro de tu frente, justo entre las cejas, donde reside tu ojo interno, esa visión interna que todos tenemos. Siente como desde lo alto comienza a descender un rayo de luz azul profundo. Es la energía del zafiro: serena, antigua, sabia. Siente cómo esa luz se posa en tu entrecejo y empieza a penetrar suavemente, despertando tu intuición, tu claridad mental y tu conexión con la verdad. Deja que esa luz azul zafiro se expanda por toda tu frente, tu mente y tu cabeza, disolviendo pensamientos, ruidos, dudas o interferencias. Siente cómo todo se vuelve calmo, como si el fondo de un lago fuera muy profundo y tranquilo.
Abrete a la esencia del zafiro. Quizá se muestre como una piedra brillante, o como una figura luminosa, llena de sabiduría y amor. Confía en lo que percibas. Su presencia te mira con amor y te susurra: “Yo soy el reflejo de la sabiduría interior. Despierto la verdad que ya vive en ti. Te ayudo a ver más allá de las apariencias, a confiar en tu percepción más profunda.” Siente esas palabras dentro de ti. Permítete recordar tu verdad, tu claridad y tu visión interna. Tal vez recibas un símbolo, una imagen, una palabra, o simplemente notes una sensación de calma. Deja que el zafiro te muestre lo que tu alma está lista para ver hoy.
Agradece al espíritu del zafiro por su presencia. Siente cómo su energía se va retirando suavemente, pero deja en ti una huella, como un núcleo azul en tu entrecejo, que sigue brillando, recordándote que la claridad y la sabiduría siempre están en ti. Vuelve a conectar con tu respiración, siente tus manos, tus pies, el espacio que te rodea. Y cuando lo sientas, haz una inhalación profunda, exhala con una sonrisa suave y abre los ojos. Volviendo a este momento de calma y claridad.