PERIDOTO
“Soy el Peridoto, el cristal de la renovación. Mi energía te ayuda a liberar y disolver viejas cargas y patrones negativos para abrirte a una conciencia más alta. Mi vibración limpia y protege tu aura. Armonizo el chakra del corazón y del plexo solar. Es conocida mi capacidad para reducir el estrés, purificar el cuerpo físico y mental, regenerar tejidos y fortalecer el metabolismo.” |
MEDITACIÓN GUIADA: CONEXIÓN CON LA ESENCIA DEL PERIDOTO
Busca un lugar tranquilo y cómodo. Cierra los ojos lentamente y permite que tu respiración te lleve hacia tu interior, Inhala y exhala lentamente por la boca. Siente cómo, con cada respiración, tu cuerpo se va relajando… Tu mente empieza a calmarse… Y tu corazón se abre un poquito más…
Ahora imagina que desde el centro de tu pecho comienza a brillar una luz verde dorada, suave, vibrante, como un pequeño sol lleno de esperanza.
Abrete a un paisaje interior, donde aparece un campo brillante y luminoso… En el centro de ese campo, ves un peridoto, moviéndose con gracia y tranquilidad. Brilla como si tuviera un sol en su interior, irradiando tonos verdes cálidos, dorados y cristalinos. Es una piedra llena de vida.
Respira profundo y acércate con calma. El peridoto te reconoce y sabe que has llegado. Te ha estado esperando. Permite que su energía se encuentre con la tuya. Su vibración entra en tu corazón y comienza a recorrer todo tu cuerpo… Lo limpia, disuelve las tensiones y te aligera. Siente cómo todo lo que ya no te sirve empieza a derretirse: resentimientos, cargas emocionales, juicios, miedos viejos… Observa cómo se abre espacio dentro de ti. Tu pecho se expande y tu respiración se vuelve más libre y relajada.
El peridoto se acerca un poquito más. Desde su interior, escuchas una voz suave, clara y luminosa:
“No estás aquí para cargar con el peso del pasado. Estás aquí para brillar, para reír, para sanar. Suelta todo lo que ya no necesitas. Respira profundo y renace.
El amor que nace desde tu corazón, es el que realmente transforma. Permítete florecer.”
Deja que estas palabras fluyan en tu corazón como un bálsamo sanador.
Imagina que el peridoto entra suavemente en tu pecho y se funda contigo. Su luz verde dorada se integra amorosamente en ti. Siente este estado de paz, calma y serenidad al que puedes volver cuando quieras.
Comienza a mover suavemente tus manos y pies, integrando esta experiencia. Inhala profundo una vez más… Y exhala lentamente, llevando esa calma contigo.
Coloca las manos en tu corazón y agradece en silencio al peridoto por su ayuda, por su presencia amorosa y el estado de bienestar que brindó a tu corazón.
Cuando lo sientas, abre los ojos lentamente y vuelve al presente.